Francisco
Alfaro Pareja
@franciscojoseap
La primera reunión entre el
gobierno nacional y un sector mayoritario de la oposición política del país, realizada entre el 10 y 11 de abril de 2014, con la participación como tercero de buena fe UNASUR y el Nuncio Apostólico como
representante del Vaticano en Venezuela fue planteada, más que como una mesa de
trabajo sobre temas comunes, como un conjunto de micro discursos donde cada
vocero expuso las inquietudes de las partes, y en ocasiones, contra argumentó. Destaca
el evento como hecho comunicacional debido al mensaje de reconocimiento a pesar
de las diferencias mutuas y la posibilidad de que las inquietudes de los
diversos sectores políticos hayan llegado a todo el país en cadena nacional y a
través de la cobertura de medios internacionales. Por otra parte, resaltan los
siguientes puntos sobre elementos claves en mesas de diálogo y negociación en
esta primera reunión:
1. No quedó claro el alcance de la mesa:
¿es una mesa de diálogo o de negociación? El diálogo entre los sectores
políticos es una necesidad desde hace 15 años. Esto que hoy es excepcional,
debería ser algo rutinario de la dinámica democrática. Ahora la pregunta ¿es
suficiente un diálogo para atender la escalada del conflicto? Sin lugar a dudas
es necesario que los actores se reconozcan pero no parece suficiente. ¿Es una
mesa de negociación y acuerdos? Por las declaraciones de voceros de ambas
partes, dicha mesa no es para negociar. Pero ¿será esta una declaración para
quedar bien ante los seguidores en esta reunión pública o será la intención
real de los voceros de la mesa? Por otra parte, ¿se planteará en algún momento
una reunión en privado o las subsiguientes reuniones serán públicas también? Si
bien transmitir una reunión en cadena nacional fomenta la transparencia ante
los seguidores y disminuye perspicacias, dificulta la posibilidad de hablar
sobre temas más complejos y llegar a diferentes acuerdos que necesita el país
con urgencia, incluso a través de la negociación.
(Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro)
2. La Constitución es el marco de
entendimiento: El hecho que se declare de manera pública el consenso en
cuanto a la carta magna como pacto social es un elemento fundamental, porque
ambas partes se comprometen ante el país a apegarse a sus valores, principios y
articulado. Esto debe generar cambio y rectificación en decisiones, programas,
proyectos y acciones en ambas partes, pero fundamentalmente en el gobierno
nacional. Sin embargo, cuando algunos de los voceros de las partes fueron al
detalle de cómo interpretaba y aplicaba la Constitución hubo serios
desacuerdos. Esta es la médula del conflicto: dos modelos confrontados, uno de
los cuales se aleja progresivamente de la Constitución. He aquí un reto: que la
Constitución vuelva a ser el marco de actuación real de la dirigencia política
en su conjunto, indiferentemente del bando. No es un tema accesorio, pero son
más los temas que nos unen a los venezolanos que las diferencias que nos quieren
imponer algunos.
3. Ausencia de una agenda compartida: Si
bien el día martes 8 de abril, tanto el gobierno y la oposición presentaron una
serie de puntos para el diálogo, la dinámica de la reunión no se apegó a una
agenda común. Ambas partes a través de sus voceros desarrollaron brevemente
cada tema (Oposición: proyecto de Ley de Amnistía; poderes independientes y
plurales; Comisión de la Verdad imparcial;
desarme de grupos armados con observación internacional y el Gobierno: acciones
sobre temas comunes y trabajo conjunto en materia económica), pero la discusión
no se apegó a un orden de puntos de discusión y al final se decantó por
reflexiones importantes pero sin un orden específico. La propuesta del
presidente Maduro de crear un Mecanismo de Enlace entre gobierno y oposición
para darle continuidad a la iniciativa de diálogo ha demostrado no ser muy
efectiva en otras instancias, tales como sucedió con los alcaldes y
gobernadores opositores debido a su improvisada estructura y funcionamiento.
4. El tercero de buena no tiene un rol
definido: El rol de los cancilleres de UNASUR y del Vaticano, en la persona
del Nuncio, no fue acordado y definido claramente por ambas partes. Este factor, que es crucial para velar por
las condiciones de la mesa, la metodología, el tiempo de intervención, la
organización de puntos de la agenda, el cumplimiento y seguimiento de
compromisos, debilita la posibilidad que los logros de la mesa pasen del mero
hecho del reconocimiento y la interacción por vías dialógicas (que no deja de
ser importante, pero no suficiente). Por otra parte, la ambigüedad de este rol
puede afectar la imagen y crea dudas sobre la responsabilidad de UNASUR y el
Vaticano en su capacidad para generar aportes efectivos para que gobierno y
oposición lleguen a acuerdos que redunden en la solución del conflicto. UNASUR
y el Vaticano deberían solicitar la definición clara del alcance de su rol, sea
este el de facilitador, testigo, mediador, etc. Quizá por eso el Vaticano, por
un tema de prudencia e incertidumbre, aún no ha respondido a la invitación a
Pietro Parollin. Por otra parte, destaca el hecho que una de las partes del
conflicto (el gobierno) sea la que haya moderado la reunión y esta se haya
hecho en la sede del palacio presidencial, lo cual no asegura la igualdad de
condiciones entre las partes.
(Secretario General de la Mesa de la Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo)
5. Condena de la violencia y preocupación por
la situación de los estudiantes: tanto los voceros del gobierno como los de
la oposición reafirmaron su compromiso de rechazar los actos de violencia y
ocuparse de la situación de los estudiantes que ha sido el sector que más lo ha
sufrido los embates del conflicto. La oposición planteó la necesidad de
convocarlos a una reunión porque ellos han sido parte fundamental de las
protestas, la cual fue aceptada por el gobierno nacional (en principio para el
día martes 15 de abril). No obstante, hubo diferencias en identificar el origen
y los responsables de la violencia.
6. Empatía en el riesgo de participar en la
mesa: Fue interesante observar la manifestación de empatía mutua por el
riesgo que implica participar de dicha mesa por la reacción que a lo interno
podrían tener los sectores más radicales de cada parte. Lo más destacable es
que dicha manifestación de empatía vino de dos voceros tan disímiles como Henry
Ramos Allup y Blanca Eekhout.
7. Los voceros y el saboteo a la iniciativa de
diálogo: Este tipo de iniciativas, más aún cuando el conflicto no está
maduro (donde no se ha generado una verdadera necesidad de diálogo y un
reconocimiento de la importancia de ceder) suele ser afectado por los sectores
extremos de ambas partes que no creen que la salida al conflicto pasa en
principio por vías dialógicas y pacíficas. No obstante, en esta primera
reunión, ambos sectores lograron sortear este obstáculo. Sin embargo, es
necesario decir que si no se define claramente el alcance de esta mesa, será
cada vez más difícil superar este factor. Por otra parte, los voceros de esta
mesa, que son representativos del grupo más importante del gobierno y la
oposición, tendrán que velar por la progresiva incorporación de los sectores
que no se sienten reflejados en esta iniciativa, por razones de diversa índole.
Es importante que las partes y
los terceros definan y aborden estos elementos lo más pronto posible para que
la mesa de diálogo no genere expectativas falsas y no sea un tiempo derrochado
que el país no puede darse el lujo de perder.
Por otra parte la mesa transcurre
en el marco de la conmemoración de los sucesos de abril de 2002. El ministro
Ernesto Villegas celebró el día de hoy que este 11 de abril el acercamiento con
la oposición se esté dando en condiciones de reconocimiento. Henry Ramos Allup
de Acción Democrática reconoció ayer en la reunión que en dicha fecha existió un
vacío de poder y luego un golpe de Estado (¿un ejercicio de empatía? Probablemente).
No obstante, la conmemoración de dichos eventos suele estar cargada de mucha
emocionalidad y discursos subidos de tono que, en este marco, podrían afectar
las próximas (o deseables) reuniones de la mesa de diálogo. Ojala que sea, por
el contrario, una oportunidad para la sensatez y la empatía.
En lo particular aplaudo la
iniciativa del encuentro y espero que, tal como se declaró en cadena nacional,
la Constitución se restituya como pacto social que une a los venezolanos.
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