Por: Francisco Alfaro Pareja
@franciscojoseap
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1. Sobre el fin de la polarización. Sin lugar a dudas la
polarización es uno de los principales obstáculos para el desarrollo de las
relaciones pacíficas entre los seres humanos. Es una forma de violencia
cultural (discursiva) que beneficia intereses partidista a costa del mal de los
pueblos. La Guerra Fría y su discurso sostenedor ha sido la manera de
justificar la violencia directa y estructural que se ha manifestado, por parte
de EEUU en un embargo a la isla, un intento de invasión en los años sesentas, la
instalación de la base de Guantánamo y la exclusión de Cuba de los foros
internacionales. Por parte de Cuba la consolidación de una dictadura sangrienta
que ha empobrecido y separado a familias, ha obligado a muchos a lanzarse al
mar y ha coartado las libertados fundamentales de los ciudadanos cubanos. Dicho
discurso pudo causar en 1962 un holocausto nuclear que, afortunadamente, pudo
detenerse a tiempo. El fin del discurso polarizante es una señal para que
vuelva la sensatez y el diálogo.
2. Sobre el embargo y la
democracia. Por un lado Cuba pide el levantamiento del embargo (aunque han
vendido la idea de un bloqueo que no ha sido tal) y el retiro de la base de
Guantánamo. Estados Unidos pide más apertura, pluralidad y democracia. Lo cierto
es que todo esto parte de la negociación que poco a poco se irá desarrollando.
Ambas partes han destacado los beneficios del restablecimiento de relaciones
después de tantos años de una absurda incomunicación. Esto vendrá con el pase
de los años.
3. Sobre las
reparaciones. Este es un tema complejo, quizá el más complicado después que ha
corrido tanta sangre y violencia. Fidel Castro pedía en días recientes pago de
indemnizaciones por todos los años de embargo. Los ciudadanos cubanos en EEUU
piden reparación y justicia por tantos años de exilio y justicia por sus
muertos. Países que han sido víctimas de la exportación de la Revolución por
parte de los hermanos Castro también piden reparación por la violencia que
trajeron a sus países. En fin, algunos hablan de perdón y olvido, yo creo más
en generar memoria y buscar la reconciliación. Un camino más largo, en los que
muchos quedarán por fuera, pero que sienta mejores bases que un simple perdón y
olvido.
4. Los responsables.
Queda una pregunta en el aire: ¿quién se hará responsable de todos estos años
de polarización, muertos, familias destruidas y violencia absurda? Pareciera
que nadie. La víctima es, sin lugar a dudas, el pueblo cubano, tanto el que se
quedó en la isla (bien porque quiso o porque no pudo salir), el que se ahogó en
el mar, como el del exilio. No quisiera estar en los zapatos de muchos cubanos
que en estos momentos deben tener una mezcla de tristeza, rabia, frustración
y/o alegría agridulce.
Conclusión: Mirar hacia
el futuro. Pero eso sí: mirar en nuestro presente a aquellos líderes que se
valen del discurso de la polarización (buenos vs. malos / amigo vs. enemigo /
patriotas vs. traidores) y optar por colocar en posiciones de poder a aquellos
que parten de una forma de relacionarse distinta, porque al final, la lección
cubana no es nueva, es más vieja que la profesión más antigua del mundo y las
consecuencias siempre han sido las mismas: violencia para muchos y privilegios
para pocos.
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