viernes, 27 de junio de 2014

Mundial y conflicto

Por: Francisco Alfaro Pareja
@franciscojoseap
Mucho se ha discutido sobre la justificación o no de los enormes gastos que implica la organización de una copa mundial de fútbol y sus beneficios para la sociedad. En el caso de Brasil, las protestas en contra del Mundial vienen desarrollándose desde hace meses con el alegato de que los recursos allí invertidos pudiesen utilizarse para atacar problemas sociales como la pobreza, el hambre, la carencia en los servicios públicos o la falta de viviendas dignas.
Sin descalificar las críticas específicas, estoy convencido que este es un falso dilema.
La organización de eventos deportivos de alta competición genera desarrollo urbanístico por concepto de inversión en infraestructura y considerables ingresos producto del turismo. Es, sin lugar a dudas, una ventana que proyecta la imagen del país ante el mundo. Lo mismo se decía en Venezuela cuando se organizaban eventos de gran proyección cultural como el Festival Internacional de Teatro de Caracas. Además, dichos encuentros representan en sí mismos espacios y momentos de paz entre los seres humanos, en donde se promueven valores como el respeto, la solidaridad, la diversidad, la interculturalidad, la competitividad sana y la celebración de la vida.

La pobreza no desaparece de un país porque se deje de organizar un Mundial o una Olimpiada. América Latina es un continente de enormes recursos económicos, con ventajas comparativas importantes y con una tasa demográfica relativamente baja. La pobreza, el hambre y la miseria se erradicarán en nuestros países cuando se cumplan las leyes, se sancione efectivamente la corrupción, se promuevan políticas públicas destinadas al fortalecimiento de la eficiencia del estado y el sector agroindustrial privado, se incentive la competitividad y el valor al trabajo, aumente la calidad de la educación y se invierta decididamente en la cultura. Ese es el verdadero conflicto.    

lunes, 16 de junio de 2014

El diálogo entre el Gobierno y la oposición cumple un mes “congelado”

El diálogo entre el Gobierno y la oposición cumple un mes “congelado”. Desde el pasado 13 de mayo cuando el secretario Ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, anunció la suspensión de los encuentros, ambos sectores no se han vuelto a ver las caras aún cuando la Unasur los ha instado a fijar una nueva fecha para retomar las negociaciones.
El inicio de las mesas que fue hace dos meses, en Miraflores, y en el que surgieron una serie de propuestas y la promesa de instalar comisiones de trabajo fue el mayor resultado que se alcanzó porque, según los expertos, significó sentar a dirigentes del chavismo y de la Unidad en una discusión por unas cinco horas aproximadamente. El debate creó altas expectativas y diversas encuestadoras destacaron que los venezolanos apostaban por una salida pacífica al conflicto político a través del diálogo que el Gobierno convocó para parar la violencia tras el 12-F.
Para el periodista y ex vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, la propuesta de diálogo debe ser “eterna y su efectividad va a depender de los personajes que intervengan”.
“El Estado llamó a dialogar porque había una necesidad en la calle, la violencia, pero fue muy difícil avanzar porque un sector (la oposición) quiso imponer una agenda y trancó el juego, sin pensar que el Gobierno podía responder de la misma manera”.
“El mayor logro fue sentarlos a todos. Sin embargo fue un mal síntoma el hecho quela MUD no haya condenado la violencia desde el principio. Yo creo que el diálogo no puede fracasar y debe continuarse y la oposición debe analizar el comportamiento extraño de algunos de sus dirigentes”, señaló Rangel.
La mayoría considera que no debe abandonarse el proceso. Algunos dirigentes han asomado a este rotativo que contactos buscan reanimar el diálogo para que ambos partidos reactiven la agenda, eso se está evaluando. Y aunque no hay convocatoria, los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador y el Nuncio de su santidad siguen haciendo esfuerzos para que haya condiciones.
El consultor en temas de Paz y Conflictos, Dr. Francisco Alfaro Pareja, explica la necesidad de una “redefinición del proceso” procurando acuerdos que implique ceder desde lo ideológico hasta lo pragmático.
Sostiene Alfaro Pareja que “quizás no se ha llegado al punto de maduración”. “El sector opositor ha sufrido los embates de un sistema bastante excluyente y la MUD tiene la necesidad de participar, eso no está sucediendo”.
“Por otro lado está el Gobierno queriendo manejar los conflictos solo, pero es el diálogo la mejor opción. Muchos decían que el Gobierno lo que estaba era ganando tiempo, pero yo considero que más bien perdió un tiempo valioso porque es muy probable que para los próximos meses necesite tomar decisiones importantes que van a requerir del apoyo de más sectores”.
Alfaro Pareja agregó que “los dos sectores (MUD- Psuv) están debilitados”. Insistió en promover un diálogo reestructurado que incorpore la posibilidad de estudiar el rol de los terceros en la mesa.
Y propone: “Los testigos de buena fe, algunos miembros de la Unasur y otros del Vaticano podrían definirse como facilitadores para que ellos tengan más capacidad de acción. Además las reuniones deberían realizarse en sitios más neutrales para que cada lado se sienta en confianza. Y la agenda debe establecerse en base a resultados y para eso se necesita voluntad política”.
El profesor de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Jesús Silva, coincide con Alfaro Pareja. “El diálogo está entrampado y los dirigentes deben replantear sus técnicas de negociación, pasar de la variable todo o nada, a concesiones recíprocas. Así que el Gobierno podría admitir una nueva revisión de las medidas humanitarias y la MUD asumir una posición contra las guarimbas”.
Y transcurrido este primer mes en el que no se conocieron acercamientos públicos entre el Gobierno y la MUD, Silva expresa que “no ha habido posiciones más creativas y constructivas para retomar el diálogo”. “Lo que si hay es un desgaste de una ciudadanía agotada por la complejidad del tema económico (...)“No me siento optimista, pero la vía es el diálogo y todos los actores deberían ser convocados ”, añadió.
De abril a mayo, los dos bloques alcanzaron a reunirse tres veces. La MUD afirma tener la “puerta abierta”, pero sigue solicitando libertad para Simonovis. Mientras que el presidente Nicolás Maduro se ha preguntado: “¿Yo voy a soltar Simonovis luego de que él dirigió la masacre del 11-A?”. “¿Dónde quedan los derechos de las víctimas?”.
(Entrevista publicada en el diario Panorama, del día viernes 13 de junio de 2014, por la reportera Thiany Rodríguez. Ver link http://m.panorama.com.ve/not.php?id=115624&width=1280 )

domingo, 15 de junio de 2014

Percepción y realidad


Francisco Alfaro Pareja
@franciscojoseap
La percepción dista con frecuencia de la realidad. Quien percibe lo hace la mayoría de las veces no con toda la información disponible para hacerse un juicio exacto. Aparte, la percepción es influenciada permanentemente por valores, opiniones y preferencias. Si hubiesen hecho una encuesta de percepción entre los pasajeros del Titanic, después del choque contra el iceberg, la mayoría hubiese pensado que el barco jamás se hundiría. A pesar de que técnicamente estaban presentes todos los elementos, los pasajeros no contaban al momento con dicha información. Lo curioso es que ya cuando todo indicaba la debacle, algunos todavía creían que era imposible lo inevitable.
En Venezuela, nos encontramos en medio del choque permanente de diversas encuestas de percepción acerca de cómo evalúan los venezolanos la situación actual y la actuación del gobierno. Los resultados son variados. Sin embargo, quienes son encuestados responden desde su percepción, que puede ser favorable o no al gobierno nacional, influenciada muchas veces por la opinión o las simpatías.
Pero más allá de las percepciones, son distintos los especialistas que han advertido la gravedad de la situación que atraviesa el país y su desenlace incierto, a través múltiples análisis técnicos. Podría decirse que también dichos estudios, a pesar de su rigurosidad metodológica, están influenciados por la subjetividad, y no lo dudo. No obstante, lo cierto es que cada día son más los pronósticos, de diversas fuentes y del más amplio espectro político e ideológico, que coinciden en este escenario.

Más allá de la percepción, la realidad del país requiere con urgencia de un gran acuerdo nacional que abarque a todos en su diversidad pero dentro de la Constitución. El iceberg al cual nos acercamos requerirá del esfuerzo de todos para dar un golpe oportuno de timón.

domingo, 8 de junio de 2014

Acuerdo Nacional

Por: Francisco Alfaro Pareja
@franciscojoseap
En diversos espacios, tanto del gobierno como de la oposición, veo con decepción opiniones de rechazo en torno a la posibilidad de un acuerdo político nacional. Si bien existen diversas razones para desconfiar del otro debido a más de 15 años de una política de polarización y satanización de los compatriotas que piensan distinto, la realidad de los seres humanos es plural y compleja y las soluciones implican acuerdos.
A pesar de los grandes esfuerzos hechos por algunos actores políticos en pro de dividirnos y debilitarnos como país, la mayoría de los ciudadanos exigen diálogo y acuerdo de parte de sus gobernantes. Esto es una realidad recogida por diversos estudios y encuestadoras. Un reto sería que ese gran sector integrador que se encuentra en medio de los extremos pueda tener una expresión política en un mediano plazo.
La Constitución de 1999 es el espacio de encuentro, de convivencia y de regulación de conflictos de los venezolanos. Así se aprobó y reafirmó mediante dos referéndum. De modo que su omisión reiterada por parte de los sectores extremos del país, debe llamar la atención de los ciudadanos acerca de su capacidad integradora en los actuales momentos. Hoy en día es necesario fortalecer nuestra convicción democrática. Una manera de hacerlo es renovando los votos de nuestra unión como ciudadanos. Ceder implica adaptar o incluso renunciar a principios ideológicos, pero esa es la base de la democracia plural establecida en nuestra Constitución.
El gobierno nacional deberá seguir rectificando a través de duras decisiones debido a un modelo que ha generado una gravísima crisis y para aguantar los embates necesitará del apoyo de la oposición. Un acuerdo plural e inclusivo basado en la Constitución y el respeto a la ley es la única vía pacífica lograrlo. ¿Lo entenderán nuestros dirigentes?

domingo, 1 de junio de 2014

Cuando la sensatez es polémica

(Eduardo Fernández, presidente del IFEDEC, dirigente político venezolano)
Por: Francisco Alfaro Pareja
@franciscojoseap
En días recientes Vladimir Villegas entrevistó al Dr. Eduardo Fernández, quien planteó la necesidad de “un nuevo gobierno ya”, sin la renuncia del presidente Maduro. Una salida constitucional, democrática y sensata. En síntesis, planteó la renovación total de su gabinete con la gente más brillante y capaz del país sin importar su procedencia política, ante la demostrada incapacidad del gabinete actual para enfrentar la peor crisis económica, política y social de nuestra historia democrática. En mi opinión, una opción viable que se suma a las de Heinz Dieterich y Lula meses atrás. Sin embargo, en nuestros días pareciera que la sensatez es polémica, y cuando esto sucede es un muy mal signo. También los presidentes Mujica y Correa han venido haciendo observaciones pertinentes y urgentes acerca de la forma en que el gobierno venezolano está manejando las cosas.
(Lula Da Silva, ex presidente del Brasil)
Sensato sería: promover la designación de un CNE y un TSJ profesional e imparcial; impulsar decididamente una negociación sincera y efectiva en la mesa de diálogo; plantear un cambio en el modelo económico y financiero; reimpulsar la producción nacional y dar garantías al sector privado; abandonar las banderas de la revolución, el socialismo y la unión cívico militar y volver al cauce de la Constitución de 1999; descriminalizar la protesta pacífica; amnistiar o indultar a los presos por causas políticas; garantizar a los manifestantes los Derechos Humanos; impulsar una Comisión de la Verdad imparcial; hacer sostenibles los programas sociales; promover una sociedad que sostenga al Estado y no a la inversa; revelar la lista de los culpables por corrupción y sancionarlos; promover una reforma electoral.
Sin embargo, estas propuestas son vistas por algunos sectores políticos como “pactistas” o como “traición al pueblo”. Los hechos hablan por sí solos. Por favor, un poco de sensatez y lealtad por el país.

Doctor en Estudios de Paz y Conflictos