Por:
Francisco Alfaro Pareja
@franciscojoseap
En diversos espacios, tanto del gobierno como de la
oposición, veo con decepción opiniones de rechazo en torno a la posibilidad de
un acuerdo político nacional. Si bien existen diversas razones para desconfiar
del otro debido a más de 15 años de una política de polarización y satanización
de los compatriotas que piensan distinto, la realidad de los seres humanos es
plural y compleja y las soluciones implican acuerdos.
A pesar de los grandes esfuerzos hechos por algunos
actores políticos en pro de dividirnos y debilitarnos como país, la mayoría de
los ciudadanos exigen diálogo y acuerdo de parte de sus gobernantes. Esto es
una realidad recogida por diversos estudios y encuestadoras. Un reto sería que
ese gran sector integrador que se encuentra en medio de los extremos pueda
tener una expresión política en un mediano plazo.
La Constitución de 1999 es el espacio de encuentro,
de convivencia y de regulación de conflictos de los venezolanos. Así se aprobó
y reafirmó mediante dos referéndum. De modo que su omisión reiterada por parte
de los sectores extremos del país, debe llamar la atención de los ciudadanos
acerca de su capacidad integradora en los actuales momentos. Hoy en día es
necesario fortalecer nuestra convicción democrática. Una manera de hacerlo es
renovando los votos de nuestra unión como ciudadanos. Ceder implica adaptar o
incluso renunciar a principios ideológicos, pero esa es la base de la
democracia plural establecida en nuestra Constitución.
El gobierno nacional deberá seguir rectificando a
través de duras decisiones debido a un modelo que ha generado una gravísima
crisis y para aguantar los embates necesitará del apoyo de la oposición. Un
acuerdo plural e inclusivo basado en la Constitución y el respeto a la ley es
la única vía pacífica lograrlo. ¿Lo entenderán nuestros dirigentes?
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